29 jun 2009

La voz discordante; Las facetas y el estilo del no-estilo de Mike Patton.


Designar a Mike Patton como un cantante más es cosa viciada. Su existencia musical ha traspasado las barreras necesarias para posarlo como un personaje único dentro de un área que no posee límites definidos y que hasta hoy se mantiene barriendo esquemas. Multifacético por antonomasia, Patton ha marcado un ícono dentro de aspectos tan divergentes como específicos. Su particular personalidad se ha transfigurado a obras que manejan una calidad tan extraña como funcional, y su versatilidad como intérprete ha arraigado seguidores que, por muy poco que comprendan las fronteras de su dominio en la música, saben a ciencia cierta que no existe atisbo alguno de detenerse en su labor arquitectónica de composición extravagantemente sincera.

Con apenas 17 años su capacidad en la voz no dio pie para contenerse en el silencio y fundó, con un extraño paralelismo entre lo absurdo y lo acabado, la banda de culto conocida como Mr. Bungle. Con una fusión a ratos desconcertante entre sonidos tan diversos como el Heavy Metal y el Jazz, Mr. Bungle fue aliado necesario para que Patton pudiera sentar confianza en la interpretación vocal que él requería oportuna. El pack que ofrecía incluía desde gritos expandidos hasta tonos sostenidos, con una profundidad gutural que haría examinar nuevamente lo que el Rock Alternativo significaba. Cortes inesperados arrinconados del poder incondicional del Metal eran acompañados de esquemas casi circenses, con una cuota de Ska notoria y con un Swing demasiado ajeno pero a la vez cercano con el concepto Bungle. Es en este período, comprendido entre 1985 y 1989, donde Mike Patton dedica sus esfuerzos a implementar un sonido propio y exento de un solo estilo. Ya entrados los noventa, el atípico vocalista se encontraría en comunión con una nueva agrupación que vio en él la voz necesaria para soportar los decibeles que darían existencia a una de las bandas más simbólicas de la década: Faith No More.



Faith No More - Midlife Crisis Live.

Fundado en 1981, Faith No More no contó desde un principio con Patton como el encargado de vocalizar al grupo. En efecto, el californiano vino a reemplazar al ya decaído Chuck Mosely, quien simplemente no podía seguir el hilo interpretativo buscado por el resto de los integrantes. Es así como en 1989 adquiere el protagonismo y penetra con soltura a las filas de Faith para convertirse en el encargado de hacer expandir la banda hacia latitudes donde la atención del público fuera innegable, gestionando letras que luego se convertirían en éxitos alrededor de todo Estados Unidos y el globo. Para este punto, Patton había “regularizado” su glosa para enmarcarla en canciones que no tuvieran tanta rareza, asumiendo que la agrupación tenía que internarse en los caminos del Hard Rock sin la ayuda de un ruido afinadamente exagerado. Empero, su intensidad no guardaría reposo pues, desde un principio, el poder seguir empleando tiempo en Mr. Bungle había sido expuesto con transparencia al ingresar a Faith No More.

Así, en un constante ir y venir entre la libertad aparente de Mr. Bungle, repleta de alaridos y fustigante sonido, y Faith No More, con un aire un tanto más comercial y con composiciones más entendibles, Patton no pararía de ejercitar su única y potencial voz logrando nuevos tonos para los desafíos que el mismo se imponía. Por sentar un ejemplo, “I Started a Joke”, un cover de los Bee Gees lanzado como bonus track en el disco King for a Day… Fool for a Lifetime de Faith No More, evidenciaría el considerable talante del artista para interpretar canciones con una línea melódica más suave y armónica, con escalas y un falsete mucho más digeribles que los que acostumbraba a realizar. Mas su gran pasión por el Noise y la búsqueda de nuevas creaciones basadas en la discordia no pararían y, terminado el ciclo con Faith No More, erigiría un nuevo boceto musical conocido como Fantômas.

Fantômas, con Dave Lombardo de Slayer en batería, sería locuazmente voraz. El primer disco homónimo no contendría ninguna canción más allá de dos minutos y ninguna letra con sentido alguno. Nuevamente, el albedrío se haría latente y el desconcierto en las presentaciones en vivo un halo difícil de no percibir. Pero esto, como en todos sus proyectos, no le importunaría en lo absoluto. Seguiría adelante con Fantômas - con una presentación en el Montreux Jazz Festival - y en el 2001 no sentiría problemas para formar Tomahawk, un grupo de Metal curioso en todas sus formas. Con la mesa de mezcla como protagonista (mesa de mezcla que venía estando presente desde hace bastante tiempo, sobre todo con Fantômas), Patton rugiría de manera literal, tomando como punto de partida bases de Trip Hop que obligarían a sustentar un nuevo concepto de Rock Experimental.




Tomahawk - God Hates a Coward.

A esta altura, hablar de Mike Patton homologaba hablar de incansable tentativa. La gama de corrientes en las que había participado era absolutamente avasalladora. Luego, en los albores del 2006 concreta una nueva formación, Peeping Tom, mucho más anodina que las anteriores y con aires de Pop underground. Comparte escenarios con varios artistas de la escena del rap y saca a emisión video clips con mayor producción. Sin ocultar su fanatismo por la música italiana, da vida al año siguiente al proyecto Mondo Cane, rescatando un Jazz europeo muy circunscrito de mediados del siglo pasado, tocando con orquestas y presentando un poco más de formalidad.

En otras áreas, Mike Patton ha encontrado cabida en bandas sonoras y producciones de cine, siendo el autor de la música de un vertiginoso film llamado Crank (2006) y A Perfect Place (2008). Produjo a su vez los alaridos fatales de los contagiados de I Am a Legend (2007) y ayudó en la vocalización de video-juegos. Cooperó con Zu, banda italiana sumamente difícil de definir, mostrando nuevamente en conciertos que el grito también puede formar parte de la música. Act
ualmente y para el deleite de muchos, se ha reunido con la última formación de Faith No More y prepara un tour que busca revivir la otrora gran influencia del grupo norteamericano.

En suma, no hay conclusión aparente para la carrera de Patton. No hay cause por el cual enmarcarlo ni estilo que pueda acercársele. Lo irrefutable de su condición es la cualidad inherente de una voz preciada y para nada frágil, que le ha dado la oportunidad como a pocos de hacer lo que se le plazca con ella. Interesante y enigmático, Mike Patton es experimentación en su forma más natural. Anarquistamente musical, forma parte del salón histórico de aquellos que, conscientes de su talento, no se dejan llevar por la masificación y buscan, en primer término, realizar lo que ellos estimen conveniente, generando nuevos paradigmas en el continuo devenir de la música.

24 jun 2009

La importancia de llamarse James: La mítica presentación de Jimi Hendrix en Woodstock 69'.

Ya habían transcurridos tres días de uno de los festivales más importantes de la historia del Rock. La copiosa lluvia de la segunda jornada obligó a mover la presentación de James Marshall Hendrix (Jimi Hendrix) a la mañana de un cuarto día, cuando la masividad ya no era tanta como al inicio del encuentro. Los ánimos no eran los mismos y el público, cansado de los excesos y la psicodelia, había comenzado a abandonar la explanada de Bethel, quedando sólo los más aguerridos y aquellos que sentían la convicción de tener que permanecer hasta el final en el evento musical más significativo de sus vidas.

Cerca de las 9 de la mañana del día lunes 18 de Agosto de 1969, el ambiente era de por sí expectante. Encargado de cerrar el festival, Hendrix había arrimado un seguimiento especial a través de la música realizada con el power-trío The Jimi Hendrix Experience. Empero, al ser presentado con esta titulación, el artista corregiría con rapidez al speaker para dar a conocer el nuevo nombre de la agrupación: Gipsy Sun and Rainbows. La incursión de percusiones y segunda voz descompuso en un primer momento las expectativas puestas en la presentación; mas a medida que la actuación fue ganando confianza también ganaría la aprobación de los miles de presentes.

Vestido a la usanza Flower Power, Jimi entraría en contacto con su guitarra de una manera poco antes vista en conciertos anteriores, utilizando una distorsión de tanta finura que incluso los errores parecerían ser parte de la elocución. La batería de Mitch Mitchell, acompañada de congas y otros instrumentos de percusión, lograría acercarse a las ideas y notas que segundo a segundo emanaban de Hendrix, logrando un compuesto en sumo atractivo como proyecto.


Jimi Hendrix & Gipsy Sun and Rainbows en Woodstock 69' - Foxey Lady

Ahora bien, un definitivo puesto es el que debe de darse a la magistral y controversial interpretación del himno de los Estados Unidos, The Star-Spangled Banner, donde la creatividad y la potencia se supieron mezclar para dar como resultado una de las creaciones artísticas que marcarían de por vida al artista. Emulando sonidos de guerra utilizando sólo lo que ofrecía el juego con la guitarra, para muchos The Star-Spangled Banner fue la posibilidad clara de poder expresar ante el mundo y sobre todo ante los coetáneos que el sentimiento de paz que cubría a Woodstock también era compartido por el músico.

Traspasada la barrera de la adecuación, la audiencia se encontró satisfecha por lo que el guitarrista de Seattle había presentado. Luego de dos horas en el escenario (la presentación más extensa dada hasta entonces por Hendrix), la leyenda de James en Woodstock y las significaciones que tuvo tal presentación sentarían un marco insoluble dentro de los anales de la música.


22 jun 2009

Grunge Is Not Dead; La historia de un movimiento que hizo expresar a toda una generación.


Para principios de los noventa, el Grunge (llamado así por primera vez en 1981) ya había generado no sólo un acontecimiento artístico sino también social. Marcados por el paso de la década, una gran cantidad de jóvenes adoptaron el Grunge como modo de expresión frente a lo inestable y desvalido del panorama universal, repletando recintos en donde grupos como Mudhoney o Soundgarden marcarían con su música a toda una colectividad.

Como un derivado acabado del Punk pero con matices claros de Heavy Metal y Hard Rock, el Grunge comenzó a dar sus primeros pasos en la biográfía del Rock de manera sigilosa, radicado esencialmente a la escena musical de Seattle. El fenómeno vendría sentenciado por factores propios de la zona geográfica donde se presentaba; una música marcada por sonidos de disconformidad, propios de una urbe en muchos aspectos decadente. Si bien no todo el Grunge se desarrolló en Seattle, la gran mayoría de las agrupaciones emergentes eran habitantes vernáculos del otrora pueblo leñador, acuñando vestimentas que mezclaban la necesidad de combatir el frío y la necesidad de presentarse inadecuados ante el sistema. Volcados a bares y pubs, los pioneros del género vieron cómo, poco a poco, el interés externo comenzó a penetrar en sus vidas citadinas y en la música que se generaba de este concepto.


Alice in Chains


Mas el Grunge no arrimó desde el comienzo melodías complejas y composiciones decididamente más estructuradas. Al ser una rama distintiva del Punk, lo que se oía en un principio exigía una gran tolerancia a la distorsión, el canto agrio y a las guitarras repetitivas. Es en este terreno cuando el sello discográfico Sub Pop fue el encargado de rescatar toda esta seguidilla de apariciones espontáneas y encausarlas en una sola senda, senda que más tarde sería conocida mundialmente como el Grunge. Green River y Screaming Trees serían los elegidos, entre otros, para aparecer en las primeras compilaciones lanzadas para el conocimiento público. Lo que Sub Pop no imaginaba era que, entre sus abanderados más representativos, la fascinación por la música no tardaría en llegar.



Mudhoney - Here Como Sickness


Si bien Sub Pop fue uno de los primeros indicios de interés serio por la música Grunge, ésta no le debía por completo su auge hacia territorios más allá de Seattle. Fue la propia técnica y el talento de las agrupaciones lo que, más temprano que tarde, desviaría las miradas hacia el movimiento. Lo que en un principio parecía ser sólo un sustrato mínimo de tendencia musical se convirtió en un sólido regente a nivel casi global, atrapando el espíritu de la llamada Generación X, la cual se caracterizaba por emitir un temperamento intolerante frente a la recesión valórica, económica y social presente en su esfera de convivencia. Así, las letras de la mayoría de las canciones se encontraban cargadas de una sutil furia y un desarrollado perfil de apatía que muchas veces caía en consideraciones depresivas y augurios fatalistas. A pesar de esto, la fama del Grunge no perdería adeptos que, eventualmente, transformarían a las bandas ya importantes en modelos de tendencia mucho más reconocidos.

La música Grunge comenzó a situarse en un intermedio sensato entre las tendencias que le antecedían. Con una elocución única, los rasgueos incesantes pasaron a ser acordes más trascendentales y con un ritmo definido. La tonalidad viajaba constantemente entre bases de Rock Pesado y Rock Alternativo, potenciando propiedades intrínsecas de estilo. La batería tomó el peso del Metal pero sin caer en su completa y abrumadora potencia, mientras que el bajo sería marcado con una mezcla de precisión y soltura que darían resultados muy cercanos a lo que se esperaba proyectar; un sonido renegado a la oscuridad, la opresión y el desencanto. Agresivo y muchas veces en búsqueda de la eliminación completa de los vicios sociales modernos, la música Grunge no escatimó en ser dura en su interpretación, abrazando el HardCore y eligiendo caminos de libertad de creación, muchas de ellas fundamentadas en la carrera de artistas como Neil Young e incluso Led Zeppelin.



Days Of The New - Touch, Peel and Stand (Live in Seattle 1998).

Antes de cruzar los ochenta, los proyectos musicales eran relativamente masivos. Mientras algunos se encontraban estables y con un futuro próximo, otros desaparecerían para conformar nuevas y más fundidas bandas. Tal es el caso de Mother Love Bone, un constructo emanado de la disolución de Green River que mezclaría el Glam Rock con el Punk y que sería un abanderado importante de los inicios del Grunge. Luego, tras la muerte del vocalista Andrew Wood por sobredosis de heroína en 1989, Chris Cornell – la voz de Soundgarden – llamaría a Stone Gossard y Jeff Ament, ex-miembros de Mother Love Bone, a formar Temple Of The Dog, un grupo de culto que lanzaría sólo un disco en honor a la muerte de Andrew. En este escenario, Eddie Vedder se uniría a la banda y, tras esa relación, formaría Pearl Jam junto a Jeff y Stone.


Mother Love Bone


Es en este contexto de génesis donde el futuro del Grunge tomaría forma. Terminados los ochenta, el éxito relativo se volvió un éxito avasallador, conducido casi sin discusión por el lanzamiento de dos de los discos más valorados del género: el Ten de Pearl Jam y el Nevermind de Nirvana, puestos en el mercado en 1991. Nirvana, con una historia remontada a 1985, fue el empuje necesario que el Grunge necesitaría para sentar territorio en los primeros años de los noventa. Alcanzado el primer lugar en las listas de ventas de Billboard, el Nevermind captaría la atención de decenas de miles de jóvenes de aquel tiempo, y Smell Like Teen Spirit sería el tema que designaría todo el sentimiento Grunge que ya era palpable alrededor del globo. A su vez, Alice in Chains y Soundgarden compenetrarían en este suceso de progresión, no logrando el fervor intenso por Nirvana pero sí perpetrando, sin lugar a dudas, un sonido mucho más particular, desarrollado y compuesto que el de otros grupos contemporáneos.


Pero es quizá el aplauso exacerbado por la música lo que carcomería las intenciones de seguir adelante con el proceso de expansión. Al ser el Grunge una manifestación necesariamente anti-sistémica, el que fuera de tanto alcance y considerado una moda más caló profundo en los autores de la música, en sus consideraciones y su motivación. Muchos no se encontraban dispuestos ni menos capaces de acatar tanta atención, tal como sentenciaría Kurt Cobain en su momento: "Ojalá hubiera tomado clases sobre cómo ser una estrella de Rock. Me pude haber preparado para esto.” Sumado a esto, las opiniones foráneas no eran por completo favorables, tratando al Grunge y su espíritu como algo fútil e insano para las mentes juveniles. A pesar de todas estas consideraciones, el movimiento seguiría con relativa estabilidad hasta mediados de la década, donde eventos específicos terminarían severamente con su apogeo. La muerte de Kurt Cobain en 1994 es quizá el simbolismo más preciso de cómo se extinguía el género y de todo lo que podía rescatarse de él. Los años siguientes el Grunge se fragmentaría de manera insostenible junto a la aparición de su verdugo, el Post-Grunge, con sonidos más débiles y exento de todo el ánimo intransigente de su movimiento inspirador. Alice in Chains dejaría de tocar en vivo y Layne Staley, vocalista, perecería el año 2002 por su adicción a las drogas.


Como una de las últimas manifestaciones musicales coherentes de todos los tiempos y como progenitor de una fusión de estilos diversos, el Grunge fue capaz de adherir a toda una esfera social enmarcada en años precisos e ideas concretas. Con la fuerza necesaria para emerger bajo su misma tutela, el Grunge tuvo la cualidad notoria de alcanzar la luz del conocimiento colectivo bajo sus propios logros y sus propias composiciones. Irrumpió en el panorama artístico tal cual lo hacen los vientos de huracán; de manera rápida pero con consecuencias imborrables. Apareció para dejar su mensaje e irse a refugiar en la memoria de todos aquellos que tuvimos la oportunidad de escuchar su música cuando ésta era realizada. Sin preguntarle a nadie, dio pasos agigantados para conseguir un legado que aún se mantiene con vigor en la Historia del Rock.



Pearl Jam - Even Flow (Live in Seattle 1991).